Causan malandros incendio en taller
Por Luis Miguel Ramírez/EL VIGÍA, Boletin|22 de Octubre
El propietario del local siniestrado señala como responsables a los malvivientes que se drogan en un ‘picadero’ aledaño.

Reducido a cenizas terminó un taller de tapicería con 28 años de trabajo consecutivo, como consecuencia de un incendio registrado durante la madrugada de ayer en plena zona centro, al parecer provocado por malvivientes.

Andrés Aram Rosas Verdugo, propietario del establecimiento, dio a conocer que el local comercial quedó destruido por completo, así como equipos, herramientas, tapizados que había terminado para unas embarcaciones.

También fueron consumidos por el fuego dos vehículos que estaban estacionados en un taller de carrocería de su propiedad.

Hasta la tarde de ayer, el afectado desconocía el monto total por los daños materiales; estima que al menos perdió 100 mil pesos en artículos que utilizaban para tapizar mobiliario, como lonas y colchones, por ejemplo.

Fue alrededor de las 05:00 horas de ayer, cuando reportaron a través del Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C-4), que se suscitaba un incendio sobre la avenida Espinoza, entre las calles Primera y Segunda.

Inmediatamente agentes municipales se trasladaron al sitio para resguardar el área, mientras personal de la Dirección de Bomberos adscrito a dos estaciones, realizaba esfuerzos para intentar controlar y sofocar las llamas.

Debido a que el inmueble estaba construido con madera, y los materiales de tapicería eran altamente inflamables, el fuego consumió el taller en poco tiempo, sin posibilidad de salvarlo, motivo por el cual los combatientes se concentraron en evitar que se propagara alrededor.

Problema de malvivientes

El afectado dijo que lamenta la pérdida, porque representaba su único ingreso económico junto al taller de carrocería que resultó con daños materiales parciales. El siniestro pudo ser prevenido, pero las autoridades no hicieron algo para frenar la afluencia de malvivientes en esa zona.

Distintos consumidores de droga y bebedores consuetudinarios, frecuentaban un "picadero” que se ubicaba a un costado de su establecimiento, misma problemática que fue reportada en varias ocasiones sin solucionarse.

Para finalizar, Rosas Verdugo mencionó que no denunciaría el hecho, porque los policías sólo se encargaban de correr a las personas ajenas al sitio, además no siempre eran las mismas que se metían al lugar abandonado