Misiones de las Californias II: San Bruno
0Periodico El Vigia|26 de Febrero
En nuestros días, ya no quedan más unas cuantas ruinas de lo que fue la misión de San Bruno. A pesar de que el proyecto fue abandonado, no fue precisamente un fracaso sino un preámbulo a la fundación de las Californias, proyecto que Salvatierra retomaría después

Ensenada, B. C. 

Después del fracaso de la misión de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias (abril-julio de 1683), en la bahía de La Paz, el almirante don Isidro de Atondo y el jesuita Eusebio Francisco Kino van a la costa de Sinaloa para reorganizarse. Pronto lo hacen y hacia inicios de octubre de 1683 de nuevo se encuentran frente a las costas de California. 

Inicialmente habían pensado en hacer un nuevo intento colonizador-evangelizador en Cabo San Lucas, pero uno de los capitanes los convence de que lo lleven a cabo más al norte, hacia la altura del paralelo 26, en donde supuestamente existía la desembocadura de un río grande, lo que podría representar mejores condiciones para la fundación.

Fue el seis de octubre, día de San Bruno, cuando los expedicionarios desembarcaron frente al río grande.

Exploraron los alrededores y pronto localizaron un sitio adecuado, unos seis kilómetros tierra adentro. El paraje se llamaba Teupnon y era asiento de una ranchería indígena. El encuentro con ellos fue bastante amistoso.

En los siguientes días, los expedicionarios llevaron a cabo los trabajos para levantar un pequeño poblado y asentar la misión. 

De los barcos se descargaron sacos y cajas con carne, harina de trigo, maíz, frijol y otros bastimentos y materiales que se dejaron en la playa para ser trasladados al sitio donde estaría el pueblo. Se desembarcaron a quince caballos, con los cuales se esperaba explorar el interior de la tierra. Fueron levantadas las primeras enramadas para dar sombra durante los descansos. El terreno se desmontó y enseguida dio principio la construcción de un pequeño fuerte, iglesia, almacén y cuartos.

SEGUNDA MISIÓN

El 30 de noviembre de 1683, casi dos meses después de haber desembarcado, ya se tenía prácticamente completo el pequeño poblado que se había proyectado. Contaban con bastimentos para varios meses, con caballos y mulas para efectuar exploraciones de mayor penetración y se mantenían excelentes relaciones con los indios californios de la región hasta entonces vista. 

Por todo esto consideró Atondo que se tenían los suficientes elementos para llevar a cabo una formal toma de posesión de la región ya que contaba con cierta seguridad de que el nuevo establecimiento se podría consolidar en los siguientes meses. Así Atondo registra la toma de posesión, nombrando al nuevo establecimiento como San Bruno, ya que habían desembarcado en su día, seis de octubre:

"Habiendo prevenido la infantería, y caballos armados, para hacer la salva, y teniendo en la mano el alférez don Lorenzo Fernández y Lazcano un estandarte de damasco carmesí, grabadas y bordadas en el un lado la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, y en el otro las armas reales. Estando presentes muchos gentiles hice la seña y disparando la artillería y arcabucería y tremolando el dicho alférez tres veces el estandarte, repitiendo generalmente viva nuestro católico rey y monarca de las Españas y Nuevo Mundo, don Carlos Segundo nuestro rey y señor natural, en cuyo nombre, yo, el almirante don Isidro de Atondo y Antillón tomo posesión de esta provincia y la intitulo del apóstol San Andrés en el reino de Californias, para mayor honra y gloria de Dios, que ayude con su infinito poder a que se asiente en esta provincia la santa fe católica, y repitiendo tres veces este acto, diciendo en alegres voces viva don Carlos Segundo, monarca de las Españas y Nuevo Mundo, rey y señor natural que Dios guarde muchos años, y nombro a este paraje el Real de San Bruno”.

De esta manera dio principio esta segunda misión. En ella se llevaron a cabo las primeras labores agrícolas en California y además de trabajar con guaycuras, por primera vez se trabajó con indios cochimí, elaborándose amplios vocabularios de ambas lenguas. 

En esta ocasión, las relaciones con los indios fueron mejores que en la bahía de La Paz, por lo que no hubo con ellos las problemáticas que se habían presentado anteriormente.

También se llevaron a cabo extensas exploraciones que alcanzaron la Sierra de la Giganta y hasta la costa del Pacífico. Se exploró hasta allá ya que Atondo tenía órdenes de buscar en dicho océano un puerto que pudiera dar apoyo a la Nao de China.

Sin embargo esta segunda misión igualmente fracasó. Se sumaron en ello varias circunstancias adversas, una de las más importantes fue que les tocó un tiempo de una sequía severa que afectó los abastecimientos. Igualmente se sumaron aspectos burocráticos que fueron retrasando la entrega de apoyos. También las enfermedades influyeron, ya que muchos de los hombres se llegaron a enfermar e, incluso, sufrieron hambre. Se unió a ello problemas económicos de la corona española, la que viendo el poco avance que se tenía, desvió fondos por motivos políticos y de guerras.

PROYECTO ABANDONADO

El hecho es que, ante el gran pesar de Kino, esta misión fue igualmente abandonada, partiendo la expedición el siete de mayo de 1685, es decir, San Bruno funcionó escasamente un año y ocho meses.

Todavía, Kino y Atondo hicieron esfuerzos para que la misión no fuera abandonada, explorando más al norte en busca de sitios más propicios y buscando bancos de perlas que ayudaran en el financiamiento del proyecto. Pero nada funcionó. Sin embargo, Kino nunca olvidó a California y cuando se dio cuenta de la cancelación del proyecto, pidió, y le fue concedido, ser enviado de misionero a Sonora. Quería estar cerca de California, para insistir en su evangelización y a la primera oportunidad volver a la península.

En realidad el abandono de San Bruno no fue precisamente un fracaso más que se sumara a la lista de fracasos que se venían dando desde los intentos de cortés, 150 años atrás. 

En cierta medida, Nuestra Señora de Guadalupe de Californias y San Bruno fueron una especie de preámbulo a la fundación de California. Fue una proto-fundación, una primera fundación que se suspendió, pero que posteriormente, 12 años después, Salvatierra retomó exactamente donde Kino la había dejado. Kino fue inspiración, motivación para Salvatierra. 

Salvatierra retomó el proyecto Californiano por invitación de Kino, y lo hizo suyo. Además Kino apoyó grandemente a Salvatierra, cuando este lo reinició, al grado que sin Kino, Salvatierra no hubiera logrado mucho. Definitivamente considero que Kino tiene tanto mérito como Salvatierra en la fundación de California, es su co-fundador.

En nuestros días, el sitio donde estuvo la misión de San Bruno se encuentra a unos 30 kilómetros al norte de Loreto, Baja California Sur. Ya no quedan más unas cuantas ruinas de lo que fue el templo. Están en el olvido, muy cercanos a la costa del Mar de Cortés.